Monero
Desde Bitcoin en adelante, sucesivos proyectos de blockchain, criptomonedas y tokens han intentado, no copiar el proyecto original, sino mejorarlo, resolviendo algunos pequeños vacíos. Entre ellos, Monero fue el que más se centró en la privacidad.
Como saben, Bitcoin ya era un sistema financiero que podemos definir anónimo, además de ciertamente descentralizado: a diferencia de los bancos, donde las cuentas corrientes se identifican por el nombre y apellido del usuario, y en el que el banco realiza un seguimiento de todos los movimientos de entrada y salida de sus cuentas, las cuentas de Bitcoin se identifican mediante un par de claves privadas y públicas, y solo los titulares de la clave privada (por lo tanto, solo el propietario de la cuenta) pueden saber cuántos Bitcoins hay en esa cuenta, y qué transacciones tienen realizado. Cuando envía Bitcoins a otra cuenta, entonces, no se envían a una persona identificada por un nombre y un apellido, sino a una cuenta identificada por una clave pública, es decir, un código de letras y números completamente sin sentido.
Pero entonces, ¿por qué era necesario, según los creadores de Monero, mejorar el aspecto de la privacidad en comparación con el proyecto Bitcoin?
Bitcoin no es completamente anónimo. Primero, las compras de bitcoins a través de intercambios se pueden rastrear fácilmente. Además, es posible recopilar información de múltiples nodos y rastrear el origen de una transacción. También es posible conocer el monto de las transacciones.
Monero es una solución a este problema, convirtiéndose en una moneda criptográfica que garantiza el anonimato absoluto.
¿Cómo actúa Monero?
Monero es una moneda criptográfica que, al igual que Bitcoin, utiliza el protocolo de prueba de trabajo para asegurar la red, verificar los bloques y así alimentar la cadena de bloques.
La primera diferencia con Bitcoin es que Monero está programado para una menor cantidad de monedas emitidas: se detendrá en 18,4 millones.
En cambio, la privacidad de las transacciones se obtiene a través del algoritmo de firma de anillo (RingCT) que no permite conocer la cantidad de transacciones (los únicos usuarios que lo conocen son los dos que cambiaron la moneda).
Las transacciones en Monero se hacen anónimas de esta manera:
– Las firmas de los anillos cifran la dirección de envío
– El algoritmo RingCT encripta y por lo tanto oculta el monto de la transacción.
– Las direcciones stealth ocultan la dirección del destinatario de la transacción.
Este triple nivel de privacidad y la descentralización típicamente garantizada por las blockchain, hacen de Monero una criptomoneda y un sistema financiero absolutamente anónimo.
